Querido Jordi Évole: hoy, el mundo es nuestro

• 27 días en paro
• Estado de ánimo: llena de incertidumbre, pero con energía 
• Libro de cabecera: "Ahora YO. ¿Y si creas tu propio futuro en lugar de encontrártelo?". Dr. Mario Alonso Puig 
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Jordi Évole intentando entrevistar a Juan Cotino, presidente
de las Cortes Valencianas

Hoy, 4 de mayo, mis palabras se las voy a dedicar a los que luchan en el mundo, que son muchos. Pero por fecha, por empatía y por admiración, hoy mi corazón está con las víctimas del accidente de la línea 1 de metro de Valencia (3 de julio de 2006). Considerado el más grave de la historia de España -y cuarto en el mundo-, en él fallecieron 43 personas y 47 resultaron heridas.


Cuando están a punto de cumplirse 7 años del accidente, ayer la Asociación de Víctimas consiguió que la sociedad valenciana -y española- saliese de su amnesia colectiva y apoyase una causa que, en el fondo, es de todos. Por aquel entonces, todos vivíamos emborrachados de esplendor y crecimiento, y no nos preguntábamos tantas cosas como ahora. Posiblemente nada nos preocupaba en exceso. Posiblemente porque todo "iba bien". 79 concentraciones en la Plaza de la Virgen, y ninguna como la de ayer. ¿Por qué?

Recuerdo perfectamente que no me acordaba de nada. De nada. En cambio, sí que tengo bien presente la visita a Valencia de Benedicto XVI. ¡Qué curioso! 7 días después de la tragedia del metro, y mi mente sólo había archivado la fugacidad del viaje papal. A ello lo podemos denominar pasividad, inconsciencia o ignorancia. Puede ser. Pero añadiría un cuarto factor -por no flagelarme en exceso-: desinformación. Como periodista y persona con un mínimo de inquietudes, ¿cómo se explica que no recordase nada de todo aquello? De hecho, lanzo dos preguntas al aire: ¿hubo suficiente cobertura informativa de aquel hecho? ¿Interesaba investigar lo allí sucedido? 

Y las respuestas -duras e indignantes- me las regaló el programa de "Salvados" (La Sexta). El pasado domingo, Jordi Évole y su magnífico equipo sacudieron el polvo acumulado estos años y dieron voz a quienes no la habían tenido hasta ahora. El programa (...) ha marcado un antes y un después. (...) La impotencia y la rabia creada tras ver el programa ha hecho que muchos salieran de su casa para mostrar su apoyo. (...) De hecho, gracias a las 80.000 firmas recogidas en la plataforma digital Change.org, Alberto Fabra les ha enviado una carta en la que lamenta lo ocurrido, pero recuerda que la Audiencia Provincial de Valencia archivó la causa.

Hoy es la quinta vez que veo el programa. Cada entrevista, cada corte estudiado, cada mirada registrada, cada silencio... Son momentos que me hacen sentir y, en consecuencia, vivir. Los que me conocen saben que sueño con participar algún día en el engranaje de un programa como el de Salvados, pero eso ahora da igual. Da igual porque, desde mi inactividad contractual -que no emocional-, un trabajo periodístico tan sumamente bien hecho me da esperanza y ganas de luchar y demostrar que tengo derecho a ejercer de periodista a pesar de los pesares. Gracias a ese increíble equipo sé que el periodismo crítico y valiente no ha muerto. Que aunque esta profesión está viviendo una metamorfosis inexacta, en el fondo, las ganas de saber dónde se esconde la verdad siempre brillará por muy oscura que sea la senda.


Por ello, sólo me queda animaros a que veáis el programa. O si ya lo habéis hecho, que dejéis que ese espíritu crítico que todos poseemos salga a flote. Porqué la crisis tiene cosas buenas... Ya lo decía Albert Einstein (foto de la izquierda) 

Hoy, sábado luminoso y lleno de incertidumbre -como casi todos mis últimos días desde hace un mes- me despido felicitando a todos aquellos que lucháis. Ya sea desde los medios, desde vuestras casas o gritando en las calles. Hoy, el mundo es nuestro aunque quieran convencernos de lo contrario.

¡Feliz sábado!